La principal causa de deterioro del Patrimonio Cultural (PC) metálico es la corrosión, es decir, la
reacción del metal con el medio ambiente que lo rodea. En la práctica totalidad de los casos, se
trata de un fenómeno electroquímico, por lo que la aplicación de las denominadas “técnicas
electroquímicas” puede ser un valioso instrumento para estudiar el deterioro, realizar intervenciones
de conservación-restauración y evaluar la eficacia de los métodos de protección aplicados. El uso
de estas técnicas puede contribuir a una conservación-restauración sostenible del patrimonio
metálico: son relativamente baratas y rápidas en comparación con otras; pueden ser portátiles,
siendo por lo tanto aplicables in-situ; pueden aplicarse global o selectivamente; la pérdida de
materia del objeto tratado con respecto a otras técnicas de restauración son mínimas; y, en
análisis, pueden ser significativamente menos destructivas e invasivas que otros métodos.
Las técnicas electroquímicas para tratamientos de conservación-restauración se comenzaron a
utilizar hace más de un siglo, pero los cambios en los criterios de restauración hicieron que fueran
prácticamente abandonadas en la década de 1980-90 debido a que no existía un exhaustivo control
durante el tratamiento siendo, por lo tanto, demasiado agresivas. Sin embargo, han experimentado
un gran auge en los últimos años, gracias al desarrollo de tratamientos con control potenciostático.
Estos tratamientos permiten un mayor control de los procesos y son menos agresivos, y por lo tanto
más acordes con los criterios actuales de mínima intervención. No obstante, aun quedan muchos
interrogantes abiertos, como el efecto de estos tratamientos en la conservación futura de los
objetos (conservación preventiva), la evaluación sistemática del efecto de tratamientos repetitivos
en comparación con otras metodologías y el desarrollo de un procedimiento estandarizado de
tratamiento localizado con control potenciostático para su uso por los profesionales de la
conservación-restauración. En cuanto a su aplicación como método de evaluación del estado de
conservación y la eficacia de los tratamientos protectores (recubrimientos e inhibidores), los
trabajos pioneros en la aplicación de la espectroscopía de impedancia electroquímica (EIS) han
demostrado la utilidad de esta técnica para los profesionales de la conservación-restauración del
PC, al proporcionar datos cualitativos y cuantitativos sobre la eficacia de distintos tratamientos. Sin
embargo, al contrario de lo que ocurre en aplicaciones industriales, su aplicación no está
estandarizada, y es necesario establecer una metodología específicamente adaptada a las
necesidades y características del PC y de los recubrimientos utilizados para su protección.
El objetivo principal del proyecto es contribuir a la mejor conservación-restauración del PC
metálico por medio del avance en la aplicación de técnicas electroquímicas. Para ello, el presente
trabajo de investigación trata de abordar estos interrogantes expuestos desde un planteamiento
interdisciplinar, tanto en el equipo investigador (participan científicos con formación en materiales,
física y química y restauradores-conservadores) como en las instituciones implicadas, con dos
centros de investigación, un museo y dos institutos de restauración. Se trata con ello de abordar de
una manera integral el problema, desde su estudio en laboratorio hasta su aplicación real en la
conservación-restauración del PC metálico.
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